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La Evolución

Alma y Espíritu han sido conceptos muy manoseados por distintas tradiciones, desde religiosas hasta por grupos herméticos. Según a quien se consulte, cada cual ofrece una versión distinta y hasta contradictoria.

En el Cuarto Camino, Alma y Espíritu se denominan Cuerpos Superiores. Estos Cuerpos Superiores, son atributos de un grado evolutivo que muy pocos individuos han logrado en la historia de la Humanidad.

A diferencia de otras doctrinas, el Cuarto Camino afirma que el ser humano no tiene Alma. No obstante, sostiene que el hombre sí tiene la posibilidad de desarrollarla a partir de su Esencia, a través de esfuerzos conscientes y cumpliendo con sus Cinco Esfuezos Eserales (deberes del ser).

En otras palabras, tener un Alma (Cuerpo Astral), y adquirir eventualmente luego un Cuerpo Mental (Espíritu) y finalmente un Cuerpo Causal es patrimonio de muy pocos seres a lo largo de la historia humana.

Perfectamente, se puede nacer, vivir y morir sin haber cristalizado ninguno de los Cuerpos Superiores. Y así desperdiciar lastimosamente, la oportunidad evolutiva y única que nos brinda la vida al nacer en este plano terrenal.

Quien muere sin haber cristalizado su Alma, simplemente pasa a ser fertilizante orgánico para la Tierra y alimento para la Luna, permaneciendo en un ciclo perpetuo de recurrencia.

El ser humano cuya Esencia no evoluciona, es simplemente un engranaje mecánico e irrelevante en el devenir infinito de los tiempos. El hombre dormido dilapida su energía sin crecer ni tampoco evolucionar.

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